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Carta al 2016

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Estimados lectores,

Perdonen que les moleste a estas horas. Seguramente les pille calzándose algo rojo, acicalándose la melena o el bigote. Metiendo la merluza en el horno. Dando el último toque a la porrusalda. O subiéndose en los tacones. Casi listos para dar lo mejor de si mismos en la despedida de este año. No quería despedirme sin agradecerles cuánto me han dado y sin compartirles mi carta más personal dedicada a este año que se marcha.

Querido 2016,

Vengo a despedirme públicamente para agradecerte todo lo que me has dado. Empezaste a trompicones, como esas institutrices de las películas clásicas cuando llegaban por primera vez a aquellas mansiones de familias de ocho niños. No puedo evitar recordar esa zancadilla a traición que nos pusiste en tus comienzos, dándonos unos resultados un tanto desalentadores que nos alejaban de nuestra ilusión de ser padres. Por suerte la naturaleza es caprichosa y voy a cerrarte con un bombo de 34 semanas. Pa 35. No hay años perfectos, pero tú has sido de los buenos.

Ahora estoy pensando, que aquel trompicón quizás  era un aviso para que fuéramos más atrevidos. Te reconozco que algo de empuje y decisión nos falta en esta familia. Nos quitaste pronto la tontería. A mitad de tu vida, cuando habíamos reservado un viaje a Japón, intentando ponerle kilómetros a aquellas malas noticias que nos dabas, me viniste un domingo 5 de junio con un positivo. Pensé que era una sombra traicionera. Un defecto en el cartón de aquel palito chino, que prometía predecir embarazos. Pero no. Desde entonces todo ha sido una aventura y un cúmulo de rarezas, que cuanto menos le han metido chispa a tus días.

Tengo pendiente escribir varios capítulos sobre esta preñez. Anécdotas haylas. Cómo la del día que fuimos a confirmar que ese palito chino no mentía y salimos de la consulta sin mi alianza de casada. No sé si se perdió allí. Perdura en mi memoria la sensación de juguetear con ella durante el camino. Lo cierto es, que ese mismo día,  ella se había marchado y nos avisaban de que llegaría alguien nuevo.

He de agradecerte también el tiempo que me has dado para poder nutrir a este blog. Los intercambios postales que han nacido este año. La gente especial con la que nos has hecho conectar. 

Te quedarás en mi memoria. Por ser un año distinto y emotivo. Sólo te pido que le digas al año que viene, que sea bueno y generoso en sus días con el mundo. Que siga tu ejemplo. Que tengo unas cuantas personas especiales a mi alrededor, que necesitan que esos palitos chinos sigan marcando sombras.

Adiós 2016. Te quedas para la historia.

Siempre suya,

Mrs. Maple

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